Por Emi Tudi
Quería cortarme
la cabeza porque me dolía mucho, tenía los ojos pesados, cansados, tantas horas
frente a la compu me estaban afectando.
Tenía sobre la cabeza una maraña despeinada de
pelos resecos, revueltos y dentro de la
cabeza una maraña de pensamientos revolucionados, revolucionarios.
Y entonces decidí que era hora de ir a la
Pelu y arreglar un poco el cabello,
ordenar desde afuera y ver si podía así armonizar lo de adentro.
Sentada en el sillón me vi en el espejo y ahí
le dije sin dudar “… córtalo, cortito cortito, no… rapame mejor….” La Giorgi me
miro anonada “…Estas loca me dijo, tenes un pelazo nena, te hago un baño de
crema y después con un brushing lo amansamos…”
“…No, no…”-le dijo con el tono imperativo que
pongo cuando quiero que me tomen en serio, pero no quiero parecer seria-
“…córtalo cortito que se vaya todo…..”
“Pero por favor, vos cerrar los ojos y
relájate que yo te voy a dejar hermosa y vas a ver como todo se te acomoda ahí en
esa cabecita”, me dijo y me guiño el ojo con compasión…
Estábien. Pensé y en un suspiro me deje
llevar;Vos hace lo tuyo ahí arriba que yo mientras me relajo trato de hacer lo mío
a ver si se arregla algo de lo que hay adentro…
Fue una hora de masajes, tijeras, cremas y
secador, 60 minutos de pensar en no pensar, de cerrar los ojos y no estar.
Y el resultado fue hermoso. El pelo largo
brillaba, caía pesado y estaba suave.
Los pensamientos se habían calmado.