De Atiy
Cuentas las viejas sabias que en una lejana montaña había muy
escondida una pequeña laguna. Era una laguna cristalina, serena, donde
muy pocos animales podían acercarse a beber su agua. Ellos sabían que al
tomar de ella, su alma entraría en contacto con el gran espíritu del
todo. Muchos valientes querían escalar la montaña con el
solo propósito de beber el agua de la laguna, quedaban en el camino,
muertos de frío, o de un golpe, o de sed.
Dos valientes un hombre y una mujer soportaron lo
insoportable, armados de una fuerza interior que ellos mismos
no reconocían de donde venían, seguían subiendo y escalando, sorteando
los mas dificultosos obstáculos, atravesando noches heladas, y una
intensa sed. Cada uno por un lado de la montaña, sin saber uno del
otro... por fin llegaron a la laguna.
Cuenta la historia que cuando ambos se encontraron,
con solo mirarse a los ojos se reconocieron como almas que ya habían
estado juntas de otras vidas, y cada en sus pensamientos entendió el
porque de su camino recorrido hasta ese momento, hasta la laguna.
Decidieron después mucho rato de hablar que no solo
beberían el agua de aquella laguna sino que también se bañarían en ella,
ambos habían escuchado de sus poderes sanadores y hasta de la capacidad
de la laguna de dar dones de sanación a los sinceros.
Se sacaron sus zapatos, y aprovechando el sol del
medio día que justo iluminaba la laguna, se desprendieron de sus
atuendos y se metieron desnudos en la laguna. El agua era helada,
decidieron acercarse y darse la mano, y en ese momento comenzaron a
sentir como una corriente los empezaba a hacer girar en círculos, una
corriente suave que al mismo tiempo entibiaba el agua, siempre agarrados
de la mano, se hundieron en la laguna, al principio con los ojos
cerrados y luego al abrirlos no podían creer lo que estaban viendo... la
laguna era inmensamente profunda, y una luz emanaba desde el fondo, el
remolino comenzó a ser cada vez mas fuerte y ellos a irse cada vez mas
abajo. Por momentos tenían miedo y se miraban buscando en los ojos del
otro, el apoyo. Sintiéndose mareados y sin poder hacer nada contra esa
fuerza que los impulsaba cada vez mas profundo, se dejaron llevar como
en un sueño...
Se despertaron juntos aún de la mano, en una playa
de arenas blancas y rocas, la laguna ya no era laguna, era un hermoso
mar de celestes colores, los sorprendió estar ambos vestidos
con túnicas blancas, se miraron a los ojos y se dijeron sus nombres:
- me llamo Atiy, dijo ella dándose cuenta que no era el nombre que recordaba pero que sin embargo era su esencia.
-
y yo Anka, dijo él entendiendo el exacto significado de esas dos
palabras, como si de repente pudiera comprender otro idioma.
Sintiéndose con fuerzas y con hambre decidieron dar
una vuelta por la playa mientras intentaban hablar en un idioma que
apenas conocían pero que sin embargo la mente de cada
uno podía traducirlo exactamente, Anka le contó a Atiy que estaba seguro
que ese idioma que ahora hablaban era Quechua, que él tenia ancestros
Quechuas y que incluso recordaba saber algunas palabras...
Pasaron toda la tarde, comiendo frutas, hablando y
recordando, mirándose a los ojos, tratando de entender que
les había pasado, y porque este encuentro después de tantas vidas en la
misma búsqueda? y porque ninguno de los dos se sentía con ganas de
volver a su antigua vida, ni angustiados por sentirse solos en lo
que parecía un paraíso.
Al caer la noche buscaron refugiarse bajo unos arboles, abrazados se durmieron escuchando el ruido del mar.
Vicky
(Atiy) se despertó en su cuarto, en su vida habitual, en su casa, con
sus hijos, su marido, un domingo cualquiera, le costó varias horas
ubicarse dentro de esta nueva realidad, intentar entender si lo que
vivió fue un sueño o era la realidad o el futuro.
Juan (Anka) se despertó en su escritorio...otra vez
se había quedado dormido en la silla frente a su laptop...recorrió la
casa, prendió un cigarrillo quizá intentando que el humo volviera a
conectarlo con su sueño o con el mundo donde estuvo mientras dormía...
miró a sus hijos, a su mujer que aun dormían... y decidió salir a
caminar.