Dolores Villada
Ayelén a secas nomás. El nombre me lo puso la Marta una noche de Noviembre.
El calor era como el de ahora. Yo llevaba días con lo puesto y sin comer, llorando en vano.
Nadie escuchaba mis gemidos, y cuando digo nadie es porque los que me rodeaban tenían sordo el corazón no el oído, los que me rodeaban no eran gente.
Marta entró a la piesita, se sentó a mi lado en el suelo y me dijo:
- Flaca, tenés que aflojar, no es mal bicho el Turco, te conviene hacerle caso
Traté entre espasmos y mocos de explicarle, mi vieja, mis hermanos…
Pero volvió a lo mismo:
- Aflojá, acá podés ser otra y juntás para mandarles. Sino no lo vas a contar…
Ya son cinco Noviembres. ..Ayelén cumple cinco años.
La otra, María, se murió el día en que subió al camión con la ilusión de una vida mejor.
Dolores Villada
-Qué historia triste, pero excelentemente narrada y breve que siempre es mejor que hacerlas largas para mantener la atención del lector. APLAUSOS!
ResponderEliminarSILVANA MANDRILLE
gracias por el estimulo!
ResponderEliminarHay vidas que llevan el estigma de la tragedia, y nos rodea, y no nos debiera ser indiferente.
ResponderEliminarCoincido con Silvana, la brevedad lo hace de más alto impacto.
Un beso grande.
SIL