Te escribo, a pesar de nuestra ruptura irreversible, te escribo. A pesar de la decisión, elucubrada decisión de no enviarte mis cartas, te escribo. Si alguna vez te las hubiese enviado, quizás, regresarías a mí como aquel personaje de Crónica de una muerte anunciada, que volvía al encuentro de la que lo amaba como si no volviera. Como si las décadas hubieran sido segundos. Llegaba viejo, cansado y derrotado pero con las cartas sin leer, los sobres sin abrir. Antes de pasar por eso, por la insondable tristeza de condenar mis palabras a la indiferencia y el olvido, prefiero escribirte para mí, decirte que no importa, ya, lo que fuimos, lo que somos, lo que seremos. Lo que realmente importa, y esta es la mayor verdad que abrazo por estos días, mi mayor certeza, es lo que provocó en mí la necesidad de escribir para vos como si fuera para nadie. Esa necesidad me condujo a crear sin límites, me pemitió inventar un mundo nuevo en el que cualquiera puede habitar si se propone dar infinitas interpretaciones a lo que no nació para ser interpretado. No sólo puede habitar mi mundo aquel a quien escribí mil cartas monotemáticas, cartas sin sentido que se esmeraban en decir lo que, en cualquier idioma, ocuparía unas pocas palabras: aún no te he olvidado.
Espacio literario abierto para mujeres que disfrutan escribir. Entre ellas raramente se conocen. Provienen de muchos lugares y tienen realidades absolutamente diferentes. Se fueron sumando y formaron esta ronda.Une palabras, Natalia Spina.
miércoles, 11 de septiembre de 2013
PALABRAS AL VIENTO
Sheila Anahí
Te escribo, a pesar de nuestra ruptura irreversible, te escribo. A pesar de la decisión, elucubrada decisión de no enviarte mis cartas, te escribo. Si alguna vez te las hubiese enviado, quizás, regresarías a mí como aquel personaje de Crónica de una muerte anunciada, que volvía al encuentro de la que lo amaba como si no volviera. Como si las décadas hubieran sido segundos. Llegaba viejo, cansado y derrotado pero con las cartas sin leer, los sobres sin abrir. Antes de pasar por eso, por la insondable tristeza de condenar mis palabras a la indiferencia y el olvido, prefiero escribirte para mí, decirte que no importa, ya, lo que fuimos, lo que somos, lo que seremos. Lo que realmente importa, y esta es la mayor verdad que abrazo por estos días, mi mayor certeza, es lo que provocó en mí la necesidad de escribir para vos como si fuera para nadie. Esa necesidad me condujo a crear sin límites, me pemitió inventar un mundo nuevo en el que cualquiera puede habitar si se propone dar infinitas interpretaciones a lo que no nació para ser interpretado. No sólo puede habitar mi mundo aquel a quien escribí mil cartas monotemáticas, cartas sin sentido que se esmeraban en decir lo que, en cualquier idioma, ocuparía unas pocas palabras: aún no te he olvidado.
Te escribo, a pesar de nuestra ruptura irreversible, te escribo. A pesar de la decisión, elucubrada decisión de no enviarte mis cartas, te escribo. Si alguna vez te las hubiese enviado, quizás, regresarías a mí como aquel personaje de Crónica de una muerte anunciada, que volvía al encuentro de la que lo amaba como si no volviera. Como si las décadas hubieran sido segundos. Llegaba viejo, cansado y derrotado pero con las cartas sin leer, los sobres sin abrir. Antes de pasar por eso, por la insondable tristeza de condenar mis palabras a la indiferencia y el olvido, prefiero escribirte para mí, decirte que no importa, ya, lo que fuimos, lo que somos, lo que seremos. Lo que realmente importa, y esta es la mayor verdad que abrazo por estos días, mi mayor certeza, es lo que provocó en mí la necesidad de escribir para vos como si fuera para nadie. Esa necesidad me condujo a crear sin límites, me pemitió inventar un mundo nuevo en el que cualquiera puede habitar si se propone dar infinitas interpretaciones a lo que no nació para ser interpretado. No sólo puede habitar mi mundo aquel a quien escribí mil cartas monotemáticas, cartas sin sentido que se esmeraban en decir lo que, en cualquier idioma, ocuparía unas pocas palabras: aún no te he olvidado.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Es muy importante para nosotras saber què pensás acerca de lo que escribimos, estamos en permanente crecimiento y no hay escritor sin lector...