Espacio literario abierto para mujeres que disfrutan escribir. Entre ellas raramente se conocen. Provienen de muchos lugares y tienen realidades absolutamente diferentes. Se fueron sumando y formaron esta ronda.Une palabras, Natalia Spina.

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viernes, 23 de marzo de 2012
CERCANÍA
Estaba recostada y él se inclinó sobre mí, casi rozándome el pecho. Su cara estaba tan cerca de la mía que podía sentir el aire que exhalaba haciéndome cosquillas.
Me miró, “es muy lindo”-pienso.
Me sonríe y, empuñando la pinza con todas sus fuerzas, me arranca la muela.
En ese instante termina el idilio con mi dentista.
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ajajajjaaj es buenísimo! y muy cierto, que situación fea! ja
ResponderEliminarjaja, genial.
ResponderEliminarAcertado el giro final, que es el alma del micro-relato.
Hay romances que se terminan de un sólo golpe.
Un beso grande.
SIL
Gracias señoritas!!! que situación de vulnerabilidad la visita al dentista! siempre me pregunto mientras estoy en el sillón: que hago abriéndole la boca a este ganso????
ResponderEliminarJajaja, Borges decía que todos lo consideraban un valiente, excepto su dentista.
ResponderEliminarBesos
jajajajaja qué original. Conmigo el idilio termina mucho antes, cuando me abre la puerta del consultorio. Odio ir al odontólogo!!!!! SILVANA MANDRILLE
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