Dolores Villada
CRISIS II
Jerarquizados mi tú y tu yo
Hice una ensalada hace unos años,
Tus, mis, tuyos y nuestros.
Aderecé con ímpetu, amor e ilusiones,
acompañé con hijos y canto
degusté una y otra vez.
Hoy, sentada veinte años después a la mesa,
Tengo una indigestión estrepitosa
Crujen de tal modo mis tripas y mi cuore
Que temo la muerte si no cambio dieta.
CRISIS III
Aquí estoy en medio de la sala
Mis adultos partiendo,
Mis niños partiendo,
y yo, en la mitad de mi vida
Salgo a buscar? Espero?
Espacio literario abierto para mujeres que disfrutan escribir. Entre ellas raramente se conocen. Provienen de muchos lugares y tienen realidades absolutamente diferentes. Se fueron sumando y formaron esta ronda.Une palabras, Natalia Spina.

Para participar enviá un mail a palabrasenronda@gmail.com Todas las imágenes están extraídas de la red INTERNET
sábado, 3 de noviembre de 2012
AUTORRETRATO
Silvana Mandrile
Entre la que debo y quiero ser
apenas soy la que puedo…
Una cascada de risas por fuera,
una procesión de lágrimas adentro.
De la historia, un trazo
sin demasiado esmero…
Algunas pocas quimeras,
un puñado de recuerdos.
De ideas contradictorias
y de palabras escuetas,
no por pobre el lenguaje
sino por cauta la lengua.
Nacida allá en la campiña,
de una clase media alta
venida a menos después
por jugarretas del tiempo
y trastadas del gobierno.
Educadora incansable,
responsable por demás…
Perfeccionismo, el defecto;
virtud, la generosidad…
Un complejo, estas ojeras
que me opacan la mirada
consumiendo maquillaje
y espejos para taparlas.
Hasta que aprendo a reflejarme
en el rostro de la gente,
sintiéndome igual a todos
y a la vez tan diferente.
Abrumada por los roles
que la existencia depara…
Ser una hija ejemplar,
una madre abnegada
mas una esposa amante
y una colega leal
cuando el disfrute real
es la entrañable amistad.
Los extremos me sofocan,
buceo el camino del medio
aunque la vida se empeña
tirarme contra las cuerdas
para enseñarme que es sangre
lo que corre por mis venas…
Emociones que anhelan salir
y la razón no las deja.
La fe que viene y que va
pero que nunca se queda.
Aborrezco la rutina
y me planto en su vereda…
Arremeto con los cambios
y el viento conservador
castiga duro mis alas
que a medio desplegar
no vuelan casi nada.
Si escribo es porque me mata
esta vida pasajera,
tanto tiempo puesta en ella
y sigo sin entenderla.
La muerte no me amedrenta…
El olvido sí que cercena
con su memoria extraviada,
con su voz sin palabras
con ese miedo al desquicio…
A la oscuridad del alma.
Soy la de tantas preguntas
sin ninguna respuesta.
Soy la que sigue en pie
después de todas las guerras.
Soy la que busca un destino
más allá de este camino.
Eternidad… Trascendencia
es sólo lo que ambiciono.
Escribo para escribirme,
para contarme verdades,
para que alguien me lea
cuando sea nadie.
Necesito de los libros
como del aire y del agua
más que del pan y del vino.
Entre la que debo y quiero ser
apenas soy la que puedo
alimentando el espíritu
con las savia de mis versos.
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