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sábado, 3 de noviembre de 2012

CRISIS II y CRISIS III

Dolores Villada
 

CRISIS II



Jerarquizados mi tú y tu yo


Hice una ensalada hace unos años,

Tus, mis, tuyos y nuestros.

Aderecé con ímpetu, amor e ilusiones,

acompañé con hijos y canto

degusté una y otra vez.



Hoy, sentada veinte años después a la mesa,


Tengo una indigestión estrepitosa

Crujen de tal modo mis tripas y mi cuore

Que temo la muerte si no cambio dieta.



CRISIS III




Aquí estoy en medio de la sala


Mis adultos partiendo,

Mis niños partiendo,

y yo, en la mitad de mi vida

Salgo a buscar? Espero?
 

AUTORRETRATO

Silvana Mandrile


Entre la que debo y quiero ser

apenas soy la que puedo…

Una cascada de risas por fuera,

una procesión de lágrimas adentro.

De la historia, un trazo

sin demasiado esmero…

Algunas pocas quimeras,

un puñado de recuerdos.

De ideas contradictorias

y de palabras escuetas,

no por pobre el lenguaje

sino por cauta la lengua.

Nacida allá en la campiña,

de una clase media alta

venida a menos después

por jugarretas del tiempo

y trastadas del gobierno.

Educadora incansable,

responsable por demás…

Perfeccionismo, el defecto;

virtud, la generosidad…

Un complejo, estas ojeras

que me opacan la mirada

consumiendo maquillaje

y espejos para taparlas.

Hasta que aprendo a reflejarme

en el rostro de la gente,

sintiéndome igual a todos

y a la vez tan diferente.

Abrumada por los roles

que la existencia depara…

Ser una hija ejemplar,

una madre abnegada

mas una esposa amante

y una colega leal

cuando el disfrute real

es la entrañable amistad.

Los extremos me sofocan,

buceo el camino del medio

aunque la vida se empeña

tirarme contra las cuerdas

para enseñarme que es sangre

lo que corre por mis venas…

Emociones que anhelan salir

y la razón no las deja.

La fe que viene y que va

pero que nunca se queda.

Aborrezco la rutina

y me planto en su vereda…

Arremeto con los cambios

y el viento conservador

castiga duro mis alas

que a medio desplegar

no vuelan casi nada.

Si escribo es porque me mata

esta vida pasajera,

tanto tiempo puesta en ella

y sigo sin entenderla.

La muerte no me amedrenta…

El olvido sí que cercena

con su memoria extraviada,

con su voz sin palabras

con ese miedo al desquicio…

A la oscuridad del alma.

Soy la de tantas preguntas

sin ninguna respuesta.

Soy la que sigue en pie

después de todas las guerras.

Soy la que busca un destino

más allá de este camino.

Eternidad… Trascendencia

es sólo lo que ambiciono.

Escribo para escribirme,

para contarme verdades,

para que alguien me lea

cuando sea nadie.

Necesito de los libros

como del aire y del agua

más que del pan y del vino.

Entre la que debo y quiero ser

apenas soy la que puedo

alimentando el espíritu

con las savia de mis versos.