de Natalia Spina
Deseo al regresar a casa, tener la cama tendida; resbalar mis piernas en sábanas limpias y tocar con mi pie izquierdo, el rincón más fresco del extremo del colchón.
Quisiera un tazón de sopa naranja, con queso humeante mareándose en ella. Una manta; una canción erizante, una ventana impertinente abriéndose al sol. Una silla; un cuaderno en blanco para empezar todo de nuevo; un lápiz locuaz.
Desearía dormir menos, sin circulitos blancos de velos; despertarme con los ojos complacidos y la boca llena de besos; envolver con mi brazo su cintura y ensamblarme en la tibieza perfecta de su cuerpo. Allí, reposar un rato más, mirándole la nuca, corriendo ese manantial de pelo para jugar a descubrir su cuello. Aspirar su suspiro cuando se da vuelta y sentirla niña, arropando los hombros con las telas. Sorprenderme, como siempre, con sus cálidos relieves y ser el único en su historia que la roza, venera, que tirita el frío orgullo del destino.
Quisiera, no se haya ido. No querer haber muerto. No haber cerrado los días ni destruido el lecho; no haberla buscado nunca; no haber leído sus versos. Porque cada papel suelto, tiene escrito su nombre y se amarilla en silencio. Ya no hay tintas, ya no hay ropa; ni tu aroma me has dejado.
Yo que creí conocerle. Yo, que me sentí amado…
Ahora, lo niego todo; y la suelto; la regalo como si hubiera sido mía.
Pero camino entre escombros, lastimándome los dedos, despelechando la piel de tantos recuerdos.
Y así, tan poca cosa, tan usado, tan gastado, me he sentado en esta silla, frente a esta mesa, que es solamente un cuadrado. Desearía estar arriba del mantel, vociferando, pero una voz me repite: -“¿Señor…desea usted algo?”
Espacio literario abierto para mujeres que disfrutan escribir. Entre ellas raramente se conocen. Provienen de muchos lugares y tienen realidades absolutamente diferentes. Se fueron sumando y formaron esta ronda.Une palabras, Natalia Spina.

Para participar enviá un mail a palabrasenronda@gmail.com Todas las imágenes están extraídas de la red INTERNET
Nati yo tengo especial cariño por ponerle en la piel de los hombres a la hora de escribir, es una aventura infinita.
ResponderEliminarLa angustia del protagonista y esa negación a ultranza se transmite al lector.
¨un cuaderno en blanco para empezar todo de nuevo; un lápiz locuaz¨
Eso quisiera yo, también encontrar al volver.
Abrazo grande
SIL
¿Sabés lo que se siente cuando tu esencia interna sonríe? Yo sí. Gracias Sil !!!
EliminarCuánta melancolía, qué tristeza; se siente, se huele. Un hombre que pueda decir esas palabras me llena de compasión. ¿Será porque las mujeres somos más proclives a autoinfligirnos el tormento del recuerdo de lo que se perdió? Me encantó. Me llegó hondo
ResponderEliminarUn abrazo