Daños irreversibles

De Silvina Grimaldi Bonin




Nunca robes el alma de alguien.

Se apaga…

Nunca llegan al alba sus naves.

Se queman…

I
Tan solo se queda la piel desgarrada
en cuerpos sangrados, purgando condena,
cubiertos de nieve y de hiel congelada.
Las células del alma no se regeneran.

Son lágrimas blancas que se van perdiendo
si te las arrancan de un voraz zarpazo.
Son etéreas flores maltrechas, pudriendo,
muertas en rincones y hechas mil pedazos.

Perlas invisibles que estallan sin eco.
Gemas intangibles que acallan heridas.
Pálidas burbujas dejándote un hueco
que cruelmente empuja las quejas perdidas.

II
Las células del alma son recuerdos vanos.
Libélulas calmas. Focos que no encienden.
Cristales de prismas rotos por desgano.
Pedazos de vida que no te devuelven.

Reflejos de espejos que te traicionaron.
Silencios que gritan. Cantos que te hieren.
Razones que explican cuánto te fallaron.
Jirones que indican que sin alma, mueren.

III
Las células del alma no se regeneran.
Son ávidas palmas con manos vacías,
son breves chispazos sin luz ni verbena
de anémicos brazos que ya no te guían.





Por eso,


nunca robes el alma de alguien.

Se apaga…

Pues no llegan al alba sus naves.

Se queman...